viernes, 30 de diciembre de 2011

En la oficina, ser atractivo es muy buen negocio

¿Es esto posible?


Una nota reciente en el Wall Street Journal Americas explica que según el profesor de economía Daniel Hamermesh, el ser atractivo en la oficina es buen negocio ya que las personas guapas, en especial los hombres, ganan más dinero que las menos agraciadas. ¿Les ha pasado? ¿Conocen casos? ¿Se puede considerar discriminación? Acá va la nota:


En la oficina, ser atractivo es muy buen negocio 
Por SUE SHELLENBARGER 
La mayoría de la gente asume que ser apuesto le da un impulso a su carrera. ¿Pero hasta qué punto ayuda?
Mucho. La gente guapa conquista a los entrevistadores, es contratada más rápido, tiene más probabilidades de concretar más ventas y obtener más aumentos.
Daniel Hamermesh, profesor de economía de la Universidad de Texas, en Austin, mide los beneficios en su libro "Beauty Pays: Why Attractive People Are More Successful?", algo así como "La belleza paga: ¿por qué las personas atractivas tienen más éxito?".

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Si usted se ve así, probablemente le paguen más que a sus compañeros de oficina.
De acuerdo con su investigación, las personas atractivas tienen probabilidades de percibir un salario entre 3% y 4% por encima de quienes lucen por debajo de la belleza promedio. Eso representa hasta US$230.000 más en la vida de una persona apuesta, calcula Hamermesh. Incluso, un trabajador con belleza promedio puede ganar hasta US$140.000 más durante toda su vida que un empleado feo.
El profesor Hamermesh habló con The Wall Street Journal sobre sus descubrimientos. A continuación, algunos fragmentos de la entrevista.
WSJ: Usted muestra que el buen aspecto es incluso más influyente para los salarios de los hombres que los de las mujeres. ¿Por qué el buen aspecto de los hombres paga más?
Hamermesh: Hay dos razones. En primer lugar, no hay tantas mujeres como hombres asalariados. (La Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. dice que sólo 59% de las mujeres adultas tienen empleos remunerados, frente a 73% de hombres en la misma situación). Si uno no es atractivo y sabe que se verá menos favorecido por ello, y si usted tiene la opción de mantenerse al margen del mercado laboral, como mujer, puede que elija no soportar ese dolor. Además, las mujeres en general reciben salarios más bajos que los hombres; en parte porque escogen diferentes ocupaciones, y en parte por mera discriminación.
WSJ: ¿Qué pasa con el argumento de que la gente más apuesta tiende a vender más productos o que atrae más clientes nuevos?
Hamermesh: Sí, [la investigación] muestra que eso ocurre. Los trabajadores más apuestos les rinden más a sus empleadores, al igual que los trabajadores más inteligentes. Pagarles más sigue siendo una forma de discriminación, pero su atractivo también tiende a aumentar su productividad. Eso lo hace tan difícil. Yo diría que eso es discriminación. Sin embargo, otros argumentarían que es simplemente una forma de indulgencia a los gustos y preferencias de la gente.
WSJ: Si uno no es atractivo, ¿qué puede hacer para mejorar sus probabilidades de conseguir un buen salario?
Hamermesh: La apariencia es apenas una de muchas cosas que inciden en el nivel del salario, incluida la educación, la edad, la salud y el tamaño de la empresa, entre otras. Pero en relación con su pregunta, primero, no elegir una ocupación donde la apariencia importe mucho. No trabaje en un canal de televisión, sino en una estación de radio. No sea actor de cine. Pero lo más importante, busque campos en los que disfrute y cuente con una ventaja para desempeñarse allí. Acentúe sus fortalezas y trate de evitar esas cosas en las que sea relativamente menos favorecido.
WSJ: ¿Hay ejemplos de ocupaciones donde uno no tenga que ser atractivo?
Hamermesh: Podría pensarse que se pueden encontrar ejemplos de ocupaciones donde ser poco atractivo no va a perjudicarlo en lo más mínimo. Pero en cada una de las que he observado, ser más apuesto ayuda. Por ejemplo, uno pensaría que no importaría mucho para dar clases en una universidad. Pero según mis estudios, los profesores más apuestos son más apreciados por sus estudiantes. El único contraejemplo que he visto es un estudio que muestra que si uno asalta a mano armada o roba, es mejor ser feo. El delincuente de cuello blanco es más exitoso si es más atractivo, pero para delitos relacionados con la fuerza, preferiría ser un ladrón feo porque asustaría a las víctimas y me darían más rápido su dinero.
WSJ: ¿No es injusto?
Hamermesh: Sí.
WSJ: ¿Debería hacerse algo al respecto?
Hamermesh: Es un tema complicado. Por un lado, no veo esto como algo muy diferente de otras formas de discriminación, ya sea por motivos de raza, género, o sin dudas discapacidad; la discriminación por discapacidad es algo análogo. Teniendo en cuenta esa similitud, resulta muy difícil oponerse a ofrecer protección y tratar de eliminar este tipo de discriminación. Por otro lado, es posible que no queramos que el gobierno se involucre, debido a que si las autoridades intervienen a favor de las personas poco atractivas, terminarán por hacer menos a favor de otros grupos que son considerados más merecedores de su ayuda.
WSJ: Entonces, ¿qué constituye la belleza?
Hamermesh: No hay una visión única de la belleza, no hay un único parámetro. Sin embargo, la mayoría de los observadores ven la belleza de manera similar. Algunas personas son siempre consideradas por encima del promedio o incluso hermosas, mientras que otros son generalmente considerados como de belleza estándar o incluso como francamente feos.
WSJ: Para los que no somos muy agraciados, ¿qué hay acerca de la cirugía plástica?
Hamermesh: Conozco sólo un estudio serio al respecto, y la investigación sugiere que no es una buena inversión. Aunque la apariencia puede ser alterada por la ropa, los cosméticos y otras inversiones de corto plazo, los efectos de estas mejoras son menores. En general, no hay otra opción que lo que la naturaleza nos ha dado en términos de apariencia. La cirugía devuelve menos de un dólar por cada dólar gastado. Aunque podría hacer que uno se sienta mejor.

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