jueves, 14 de diciembre de 2006

Cómo conseguir trabajo I

Y otros libros para inmigrantes latinos

Con dos guías ya publicadas pensadas para ayudar a los inmigrantes latinos en Estados Unidos, y uno aparecido en noviembre, la inmigrante argentina Mariela Dabbah sabe de lo que habla. Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires, llegó a Nueva York en 1988 y en pocos años pasó de secretaria a vicepresidenta de una compañía distribuidora de libros educativos bilingües. Ahora se dedica a ofrecer programas de adultos para empresas, universidades comunitarias y centros médicos, y por supuesto, a escribir. Aquí cuenta sus motivaciones y da consejos para los que buscan trabajo y para los padres que deseen apoyar a sus hijos a tener éxito en la escuela.

Cómo conseguir trabajo en los Estados Unidos, Ayude a su hijo a tener éxito en la escuela, de reciente aparición, y The latino advantage in the work place (escrito con el sociólogo Arturo Poiré y programado para noviembre) son los tres últimos libros de Mariela Dabbah. En ellos inspira con consejos y herramientas que obtuvo de expertos y de su experiencia personal.

―¿Cómo fue la vida al principio en Nueva York?
―Como la de todos los inmigrantes, difícil. Vivía en un cuarto en una casa de familia y a los dos meses empecé a trabajar en una compañía de libros que después compré, hacía de todo. Facturaba, preparaba cajas para despachar libros, llamaba a los clientes, hacía ventas, un poco de todo. Tuve la suerte de haber encontrado algo que dentro de todo era con libros, que era mi especialidad por más que no estaba haciendo lo que era mi especialidad. Aparte era perfectamente bilingüe y era lo que necesitaban.

―Saber inglés al llegar facilita más.
―Sí, pero en realidad depende. Hay muchos hispanos que llegan acá con un conocido y se ponen a trabajar inmediatamente en puestos más de supervivencia. Mi marido cuando llegamos se puso a limpiar casas y él era contador público recién recibido, pero no sabía inglés y no tenía equivalencia aquí. Nunca hizo sus reválidas y estuvo limpiando dos casas por día por dos o tres años hasta que compramos la compañía y pudo ponerse como presidente.

―¿Cómo surgió la idea de la guía para conseguir trabajo?
―Hacía falta una guía en el mercado que explicara desde el punto de vista de todas las dificultades que tienen los latinos cuando están acá cómo conseguir trabajo. Las otras guías están hechas para gente estadounidense que entiende el sistema. Mi libro parte de la base de que nosotros tenemos miedo de ir a una entrevista porque, por ejemplo, no sabemos qué nos van a preguntar. Otros libros no toman eso en consideración o te dicen que tenés que comportarte de tal manera en la entrevista cuando realmente no entendés qué significa ser asertivo, proyectar autoconfianza, ¿cómo lo lográs?, ¿cómo hablás para lograr eso? Personalmente, estuve en dos situaciones diferentes. Por un lado cuando compré la compañía entrevistaba gente bilingüe para la compañía y esto pasaba siempre, la gente entrevistaba mal. Había una falla. Después, cuando vendí mi parte de la compañía, pasé por ese proceso también. Más tarde empecé a dar cursos de cómo conseguir trabajo para el Westchester Community College en la biblioteca pública de New Rochelle. La mayoría de la gente que venía era indocumentada, pero aún la gente que era legal y que estaba acá muchos años no tenía la menor idea del proceso de buscar trabajo. No sabían cómo escribir un resumé, no sabían cómo entrevistar en una entrevista de preselección por teléfono, no sabían dónde buscar recursos. Me di cuenta que hacía falta no sólo dar talleres sino dar una herramienta a la cual la gente pudiera volver para consultar.

―¿Por qué son importantes los consejos para padres?
―Si tenés un chico que está entrando por primera vez a este sistema escolar tenés que aprender los códigos de este sistema, cómo funciona. Si no aprendés cómo funciona el sistema no vas a poder ayudar a que tu hijo tenga éxito y que saque el mayor provecho de su educación (ver cuadro aparte). Por ejemplo, muchos padres en este país por varias razones, una porque tienen miedo de que sus hijos no aprendan inglés no les hablan en castellano y como ellos no hablan inglés, prefieren no hablarles en nada. Dos, porque por ahí no ven la conexión demasiado. Entonces la única manera que se comunican con los hijos es dándoles órdenes: ven, entra, siéntate, come, haz los deberes, apaga la televisión, ve a dormir, y no les hablan. Y para poder desarrollar destrezas cognitivas los chicos necesitan estar en constante comunicación con los padres.

―¿Qué se puede hacer entonces?
―Hay que incentivar a que los chicos nos cuentes qué pasó en la escuela, a que nos den sus opiniones, a armar excusas para tener conversación con ellos. Si vas a ver una película o un programa de televisión, después volver y conversar sobre la película o discutir sobre el programa de televisión. Leerles, en cualquier idioma, no importa en qué idioma. Hacer que los chicos te lean. Todas esas son actividades fundamentales para el desarrollo intelectual.

―A fin de año publica otro más, The latino advantage ¿Cuál es la ventaja latina?
―Ese libro va a salir primero en inglés y después en español. La idea es que tenemos ciertos rasgos, prácticamente innatos pero que tienen que ver con nuestra cultura que si los sabemos manejar pueden ser una ventaja en este mercado y si no se transforman en una desventaja. Por ejemplo, los latinos tenemos un estilo de comunicación indirecto, quiero decir que nunca nos confrontamos con nadie, no decimos que no, somos muy amables. Y por eso somos excelentes para todo lo que tiene que ver con servicio al cliente y con negociación. Si te fijás, vas a ver que hay muchos latinos en áreas de servicio al cliente y contacto con el público, como la educación, la medicina, la enfermería, el comercio al por menor y en restaurantes.

―¿Por qué todos estos libros para latinos?
―Porque me parece que hace falta más material en esta área. Los latinos han llegado a ser 42 millones en este país. Estados Unidos es el tercer país latino más grande del mundo. Y no hay suficiente material que les explique cómo tener éxito en este mercado. Lo que quiero es focalizarme en ayudar a los latinos a navegar este sistema para que puedan tener éxito.

Por Mariel Fiori. / Publicado en La Voz, agosto de 2006

miércoles, 15 de noviembre de 2006

París-Lima-Hudson Valley Mall. Compro ¿luego existo?


“¿Quieres ser tu misma? Compra en Falabella como todas las chicas distintas como tú.”

Las mujeres constituyen el 75% del mercado mundial. Casi la totalidad de la publicidad está dirigida a ellas. Incluso cuando el producto es para los hombres. De las simples técnicas de venta norteamericanas de los años 60’ luego del “baby boom” a hoy en día, ¿realmente han cambiado mucho estas técnicas? Yo diría que no. Que las estructuras básicas siguen siendo las mismas pero intensificadas en sus estrategias.

Algunos teóricos del mercado opinan que existe una cantidad de dinero de la canasta familiar destinada a cosas prescindibles. Y es precisamente a ese capital al que apunta casi todo el mercado, ya que, para ser sinceros, podemos vivir con poco y simplemente. Pero en esta cultura del consumo comprar es ser. Como reza la frase de Barbara Kruger “Compro luego Existo”. Y para ello la diversificación es la ley. Hacer creer a la gente que al ser como los demás se es distinto es el objetivo final. ¿Paradójico? No. Verdad absoluta (en términos monetarios).
Vas a una tienda de la Quinta Avenida y ves un tipo de montaje de vitrina que no veías hace algunos años. Estrategias de venta le dicen. En la misma estantería donde te venden braguitas para adolescentes, un libro de cómo jugar en la cama, unas velas (hechas a mano con lavanda orgánica) y aceites esenciales para un masaje renovador. ¿Qué me venden? ¿Bragas, velas, aceites? No. Un estilo de vida.

Cuando compramos queremos acceder a un estilo de vida. Cuando creemos que nos diferenciamos de otro por lo que consumimos hemos caído en el juego. Compro orgánico, tengo dinero. Uso correa de tachas, soy neopunk. Y las estrategias más sofisticadas están dirigidas a los mercados con mayor poder adquisitivo. Por lo tanto, obviamente, Anthropologie en Manhattan gasta más cerebro en ver cómo vender que Target de Kingston o, peor aún, Falabella de Lima. En Anthropologie te venden bolsos hechos a mano por indígenas del sur del continente al estilo New Yorker y eso cuesta como mínimo 50 dólares. No 5, como en Perú o Bolivia.

Una trampa letal

Cada actriz, cada cara conocida representa un segmento distinto. Las hermanitas Olsen, a la clase media. Whitney Paltrow, a las clases más altas. Nicole Kidman es Chanel. Las ecuaciones son sencillas. Y habrá quien se identifique con cada quien. Y habrá quien crea que comprando tal marca está accediendo a tal clase. Social, por supuesto. Y esto es así, para mí, en el Valle del Hudson, en París o en Lima. Las diferencias son de referentes, pero la idea de escalafones es idéntica; la idea de un “Modo de Vida” (con mayúsculas).

Si soy una madre con educación universitaria viviendo en el valle del Hudson ya sé dónde comprar y qué. Y si soy un maestro de construcción inmigrante de Sudamérica también lo sé. Es una clase de “gusto adquirido”. Una clase social de gusto adquirido. ¿Acaso adquirido subliminalmente? Esta brecha, no sólo de mercado, permite que en la diferenciación social sea posible el mercado. Y esta es la trampa más letal del capitalismo. ¿Será que en el fondo nuestra capacidad de desplazamiento social es ante todo ilusoria? Porque somos lo que compramos. Y compramos lo que somos.

La pobreza extrema en la que vive la mayoría en Latinoamérica hace que mucha gente quiera migrar a los Estados Unidos en busca de una “vida mejor”. Es decir, aquí se puede tener auto, refrigeradora, microondas, televisor de 25 pulgadas, ropa…. Esto es el éxito para un pobre de cualquier parte del mundo. Aquellos inmigrantes que tienen trabajo y sostienen a sus familias proveyéndolas de “cosas” son los hombres y mujeres exitosos/as de nuestros países de origen. Y la historia nos irá diciendo en qué medida se podrán ir desplazando socialmente también. De facto ya ingresaron a Hollywood Gael García Bernal, Salma Hayek y Diego Luna. Y así como los Afro americanos están desplazando ciertos límites de diferenciación (en ascenso), vistos a través de la música, la moda y el consumo (Eckored es un ejemplo emblemático) los latinos también. Así que ese gusto adquirido implica también un sello social con posibilidades de reivindicación. Por eso, hoy en día tomar cerveza Corona en el Valle del Hudson no es más ya de pachuchos, sino de “cools”.

Por María Elena Alvarado./Publicado en La Voz, febrero 2006.

miércoles, 25 de octubre de 2006

Reforma inmigratoria y las elecciones















Ahora que se acercan las elecciones, muchos de mis clientes me preguntan qué pasó con el tema de la reforma a las leyes de inmigración. Les digo que es lo mismo que pasa cada dos años: los Republicanos y Demócratas usan el tema de la inmigración para organizar sus respectivas bases a favor o en contra de los inmigrantes. Vi esto pasar cada dos años desde que empecé a hacer lobby en defensa de la reforma inmigratoria el 1 de mayo de 2000. Una vez que pasan las elecciones, ambos partidos se alejan de la reforma y los inmigrantes indocumentados porque no es una cuestión popular entre los votantes.

Todavía tengo algo de esperanza de que la reforma inmigratoria será posible, principalmente porque tenemos un presidente que ha querido abordar los problemas del sistema de inmigración desde comienzos de 2001. Muchos líderes políticos de ambos partidos no quieren centrarse en este hecho positivo porque no les conviene para su agenda política. Personalmente no confío en la mayoría de estos políticos cuando se trata de mejora de la inmigración porque ellos saben que los inmigrantes no votan y que tienen miedo de pedirles a sus amigos y familiares que los ayuden a persuadir a sus representantes locales.

Aunque no confío en los Congresistas, espero que podamos tener la reforma inmigratoria y la legalización antes del fin de 2007. Quizás hasta tengamos suerte y el proyecto de los Senadores sea aprobado por la Cámara de Representantes después de las elecciones —así como el LIFE Act se convirtió en ley durante la sesión de funcionarios no reelegidos que estaban a punto de terminar su periodo en diciembre de 2000.

Uno de los principales problemas que tendrá cualquier proyecto de reforma inmigratoria ahora y en el futuro es que algunos congresistas conservadores seguirán relacionando los problemas del sistema de inmigración con el terrorismo y el problema de seguridad nacional, como lo han hecho ya con el objetivo de crear un muro a lo largo de la frontera.

Lo que los inmigrantes indocumentados y sus aliados necesitan comprender es que la reforma inmigratoria sólo se logrará si se concentran en organizarse seriamente y si trabajan duro en persuadir a sus representantes locales para que aprueben este año una reforma inmigratoria completa. Tenemos que dejar de pensar que la reforma inmigratoria va a pasar por casualidad y darnos cuenta que debemos urgir a nuestra familia, amigos, líderes religiosos y sindicales, y a representantes comunitarios a que se reúnan con el Representante local. ¡Es un proceso muy simple que muy pocas personas utilizan en su propio beneficio! No tenemos que preocuparnos en convencer a todo el Congreso, solamente a los Representantes locales como Sue Kelly, John Sweeney, Michael McNulty, Maurice Hinchey y John McHugh. Ya tenemos un muy buen proyecto de ley aprobado por el Senado, el Proyecto de Reforma Inmigratoria Amplia 2006, que ayudará a la mayoría de los inmigrantes indocumentados y ayudará a futuros inmigrantes a entrar de manera legal al país. El presidente dice que está dispuesto a firmar para que este proyecto se haga ley.

Superar los obstáculos

Una de mis más grandes preocupaciones es que hay algunas personas en ambos partidos que no quieren una reforma inmigratoria y que tratan de convencer a los defensores de los inmigrantes para que no apoyen el proyecto del Senado y que una vez más se empiece de cero para crear un proyecto “perfecto”. Estos que se hacen llamar amigos de los inmigrantes han utilizado esta táctica para retrasar la aprobación de la ley desde que me uní a la lucha por la reforma en el año 2000. Cuando trabajé con la Coalición Nacional para la Dignidad y la Amnistía de los Inmigrantes Indocumentados para crear un proyecto de reforma inmigratoria, la FREEDOM Act, estas personas sólo ofrecían quejas y críticas. Antes no trabajaron para crear un proyecto y no trabajarán ahora para crear uno. Mi otra preocupación es que
mientras estas personas pierden el tiempo buscando el “proyecto perfecto”, los grupos anti-inmigrantes siguen aprobando proyectos que sólo dañan a la población inmigrante documentada e indocumentada.

Es hora que la comunidad inmigrante defienda sus derechos como hicieron los afro-americanos en los sesenta. Si 12 millones de inmigrantes y sus comunidades no pueden realizar un cambio, es que no lo quieren de verdad y deberán vivir con las consecuencias. Estoy cansado de recibir llamados por personas que serán deportadas porque son indocumentadas, especialmente porque hemos permitido que desaparecieran las acciones y los recursos legales que los protegían. Debemos forzar a los Congresistas a que dejen de usar la inmigración y los derechos de los inmigrantes como llamado de reunión política durante las elecciones cada dos años, y debemos apremiar a los grupos de interés especial en la iglesia, sindicatos, pequeñas y grandes empresas, y a los grupos comunitarios para que realicen un cambio positivo ahora.

Por Robert Fuchs, abogado. Fuchs, Esq. fue Director Asistente de Legislación de la Coalición Nacional para la Dignidad y la Amnistía de los Inmigrantes Indocumentados hasta recién. Diseñó la propuesta legislativa sobre reforma inmigratoria en 2001 que después fue adoptada en parte por la oficina del Senador McCain. El licenciado Fuchs trabaja con temas de inmigración e inmigrantes desde marzo de 1987, en Middletown, NY, Tel. (845) 342 8885 // Traducción de Mariel Fiori. Publicado en La Voz noviembre 2006