miércoles, 25 de octubre de 2006

Reforma inmigratoria y las elecciones















Ahora que se acercan las elecciones, muchos de mis clientes me preguntan qué pasó con el tema de la reforma a las leyes de inmigración. Les digo que es lo mismo que pasa cada dos años: los Republicanos y Demócratas usan el tema de la inmigración para organizar sus respectivas bases a favor o en contra de los inmigrantes. Vi esto pasar cada dos años desde que empecé a hacer lobby en defensa de la reforma inmigratoria el 1 de mayo de 2000. Una vez que pasan las elecciones, ambos partidos se alejan de la reforma y los inmigrantes indocumentados porque no es una cuestión popular entre los votantes.

Todavía tengo algo de esperanza de que la reforma inmigratoria será posible, principalmente porque tenemos un presidente que ha querido abordar los problemas del sistema de inmigración desde comienzos de 2001. Muchos líderes políticos de ambos partidos no quieren centrarse en este hecho positivo porque no les conviene para su agenda política. Personalmente no confío en la mayoría de estos políticos cuando se trata de mejora de la inmigración porque ellos saben que los inmigrantes no votan y que tienen miedo de pedirles a sus amigos y familiares que los ayuden a persuadir a sus representantes locales.

Aunque no confío en los Congresistas, espero que podamos tener la reforma inmigratoria y la legalización antes del fin de 2007. Quizás hasta tengamos suerte y el proyecto de los Senadores sea aprobado por la Cámara de Representantes después de las elecciones —así como el LIFE Act se convirtió en ley durante la sesión de funcionarios no reelegidos que estaban a punto de terminar su periodo en diciembre de 2000.

Uno de los principales problemas que tendrá cualquier proyecto de reforma inmigratoria ahora y en el futuro es que algunos congresistas conservadores seguirán relacionando los problemas del sistema de inmigración con el terrorismo y el problema de seguridad nacional, como lo han hecho ya con el objetivo de crear un muro a lo largo de la frontera.

Lo que los inmigrantes indocumentados y sus aliados necesitan comprender es que la reforma inmigratoria sólo se logrará si se concentran en organizarse seriamente y si trabajan duro en persuadir a sus representantes locales para que aprueben este año una reforma inmigratoria completa. Tenemos que dejar de pensar que la reforma inmigratoria va a pasar por casualidad y darnos cuenta que debemos urgir a nuestra familia, amigos, líderes religiosos y sindicales, y a representantes comunitarios a que se reúnan con el Representante local. ¡Es un proceso muy simple que muy pocas personas utilizan en su propio beneficio! No tenemos que preocuparnos en convencer a todo el Congreso, solamente a los Representantes locales como Sue Kelly, John Sweeney, Michael McNulty, Maurice Hinchey y John McHugh. Ya tenemos un muy buen proyecto de ley aprobado por el Senado, el Proyecto de Reforma Inmigratoria Amplia 2006, que ayudará a la mayoría de los inmigrantes indocumentados y ayudará a futuros inmigrantes a entrar de manera legal al país. El presidente dice que está dispuesto a firmar para que este proyecto se haga ley.

Superar los obstáculos

Una de mis más grandes preocupaciones es que hay algunas personas en ambos partidos que no quieren una reforma inmigratoria y que tratan de convencer a los defensores de los inmigrantes para que no apoyen el proyecto del Senado y que una vez más se empiece de cero para crear un proyecto “perfecto”. Estos que se hacen llamar amigos de los inmigrantes han utilizado esta táctica para retrasar la aprobación de la ley desde que me uní a la lucha por la reforma en el año 2000. Cuando trabajé con la Coalición Nacional para la Dignidad y la Amnistía de los Inmigrantes Indocumentados para crear un proyecto de reforma inmigratoria, la FREEDOM Act, estas personas sólo ofrecían quejas y críticas. Antes no trabajaron para crear un proyecto y no trabajarán ahora para crear uno. Mi otra preocupación es que
mientras estas personas pierden el tiempo buscando el “proyecto perfecto”, los grupos anti-inmigrantes siguen aprobando proyectos que sólo dañan a la población inmigrante documentada e indocumentada.

Es hora que la comunidad inmigrante defienda sus derechos como hicieron los afro-americanos en los sesenta. Si 12 millones de inmigrantes y sus comunidades no pueden realizar un cambio, es que no lo quieren de verdad y deberán vivir con las consecuencias. Estoy cansado de recibir llamados por personas que serán deportadas porque son indocumentadas, especialmente porque hemos permitido que desaparecieran las acciones y los recursos legales que los protegían. Debemos forzar a los Congresistas a que dejen de usar la inmigración y los derechos de los inmigrantes como llamado de reunión política durante las elecciones cada dos años, y debemos apremiar a los grupos de interés especial en la iglesia, sindicatos, pequeñas y grandes empresas, y a los grupos comunitarios para que realicen un cambio positivo ahora.

Por Robert Fuchs, abogado. Fuchs, Esq. fue Director Asistente de Legislación de la Coalición Nacional para la Dignidad y la Amnistía de los Inmigrantes Indocumentados hasta recién. Diseñó la propuesta legislativa sobre reforma inmigratoria en 2001 que después fue adoptada en parte por la oficina del Senador McCain. El licenciado Fuchs trabaja con temas de inmigración e inmigrantes desde marzo de 1987, en Middletown, NY, Tel. (845) 342 8885 // Traducción de Mariel Fiori. Publicado en La Voz noviembre 2006

2 comentarios:

Anónimo dijo...

SIMPLEMENTE QUE ME SIENTO MUY IDENTIFICADO CON EL PERFIL DE LA REVISTA. CREO QUE FUNDAMENTALMENTE ESCRIBEN EN CORRECTO ESPAñOL , ALGO QUE POR ESTAS TIERRAS NO ABUNDA, Y QUE TIENEN UN PERFIL PLURALISTA DANDO UNA IMAGEN CORRECTA DE HACIA DONDE DEBERIAMOS APUNTAR. muchas gracias por el intento y por demostrar que ese camino tambien puede conducir al exito. Los felicito

Anónimo dijo...

Pues gracias Jorge, eso es lo que intentamos.....